Comentario
Eduardo Paolozzi y Richard Hamilton tienen un lugar destacado dentro del Independent Group y en la gestación del pop inglés. Paolozzi (1924), un inglés de padres italianos, era un escultor que trabajaba en bronce en los años cincuenta. Propagador del concepto de cultura pop, jugó un papel de precursor con sus collages de los años cuarenta, tales como Yo era el juguete de un hombre rico (1947), donde ya aparecen, aunque de manera rudimentaria, elementos de una sociedad de consumo todavía incipiente: la chica, un avión de guerra, una botella de Coca-Cola (con un anuncio -Sirva Coca-Cola en casa-) y una pistola que dispara la palabra pop. Paolozzi había pasado tres años en París a finales de los cuarenta y allí entró en contacto con artistas relacionados con Dadá y el Surrealismo (Arp, Giacometti, Léger; Dubuffet...). Estos conocimientos, el interés por el fotomontaje y por Schwitters, que muere en Londres en 1948, están en relación con los collages que inicia en 1946. Las imágenes proceden de revistas populares, pero -a diferencia de Dadá o del Surrealismo- carecen de intenciones críticas o de provocar asociaciones irracionales. Paolozzi mira, y pega, con una visión fría y distanciada, como se haría en Estados Unidos. Entusiasmado por la fuerza, la vitalidad y el atractivo de los objetos de la cultura de masas -los coches, las chicas, los electrodomésticos, las latas de conserva, etc.- se propone acabar con la distancia que separa las Bellas Artes con mayúsculas del arte pop(ular).El término pop, que disparaba la pistola, vuelve a aparecer sobre el envoltorio de un chupachups gigante en el primer collage de Richard Hamilton, en 1956. Es un proyecto de cartel para la exposición que preparó el Independent Group sobre la relación del hombre con su nuevo entorno, con el fin de dar ejemplos prácticos de esa síntesis de las artes que buscaban. Doce equipos -formados cada uno por un pintor, un arquitecto y un escultor- crearon doce espacios, montando entre todos el decorado de una especie de happening en el cual entraban, por primera vez, las imágenes de la publicidad, del cine y del consumo, en un templo artístico -la Whitechapel Art Gallery de Londres-. El título de la exposición es profético, This is Tomorrow (algo así como Aquí está mañana), y el collage de Hamilton también. Fue su equipo -con Mac Hale y Voelcke- que se distinguió en esta exposición por utilizar diferentes medios de comunicación, de los que el arte era un elemento más (había una reproducción de los Girasoles de Van Gogh, fotogramas de cine ampliados, una botella de cerveza gigante... y se dirigían a todos los sentidos: se podía oler, oír, andar en suelos blandos, ver películas, etc). Aquello era una puesta en escena del nuevo mundo del consumo y la publicidad, que había cambiado por completo la percepción de las cosas. Como escribía Hamilton "lo que necesitarnos no es tanto definir los significados de la imagen como desarrollar nuestras capacidades para aceptar y utilizar el enriquecimiento constante del material visual". Su cartel, bajo la pregunta ¿Qué es lo que hace nuestros hogares hoy tan diferentes, tan atractivos? es una pintura, pero ofrece todo un repertorio de novedades, todo lo que va a constituir el tema del arte durante unos años: el confort, los electrodomésticos, el magnetofón, la comida enlatada, los medios de comunicación, la televisión, el cine, los comics, los automóviles, los chicos musculosos y las chicas estupendas. El cartel es un manifiesto del pop.Richard Hamilton (1922), publicista y profesor de joyería, tipografía y diseño industrial en el Institute of Contemporary Art, realizó, a petición de Duchamp, una copia del Gran Vidrio, dando una prueba clara de su filiación como artista. Y si lo anterior eran todavía preparativos y manifiesto, su pintura She (Ella) de 1958-1961 (Londres, Tate Gallery), con las barras del dólar en la letra ese, mezcla de pintura y collage, inspirada en los anuncios, es ya una de las obras clave del pop británico. A partir de diez fotografías de anuncios, Hamilton toma de aquí y de allá, mezcla una tostadora de pan y un aspirador, pega un trozo de plástico blanco o un ojo que hace guiños al espectador, pinta con pinceles la Coca-Cola y con aerógrafo el aspirador... y con todo ello construye un collage pintado, en el que todos esos elementos encuentran unidad en un espacio perspectivo.